viernes, 24 de enero de 2014

¿FILOSOFIA? ¿PARA QUÉ?



¿Pero qué saben los filósofos sobre la vida si siempre están filosofando? Eso es lo que exclama cínicamente un personaje en la obra teatral “Preguntas”, poniendo en solfa las teóricas virtudes de la filosofía. Poco más o menos como algunos políticos del PP, empeñados sin que les tiemble el pulso en que desaparezca de los planes de enseñanza la impartición de esta asignatura. 

La filosofía invita a cuestionarnos constantemente nuestro proceder. Enriquece el espíritu a través de las dudas e inquietudes. Y la formulación de preguntas que nunca tendrán respuesta absoluta permite evitar la atrofia mental, peligro que nos acecha en este remolino materialista opresor en el que nos encontramos, rodeados de basura imposible de reciclar.

La mísera corriente neoliberal que acecha a cada momento, se empeña en que nuestra torre de valores se desmorone, con un objetivo claro: anular la conciencia libre de la sociedad. Y para ello clasifica como de alto riesgo todas aquellas herramientas y materias que nos ayudan a pensar por nosotros mismos. Por ello, para estos políticos omnívoros insaciables es preciso que los ciudadanos de a pie sigamos en la más absoluta de las pobrezas culturales, como muñecos sin capacidad para la reacción liberalizadora. Y en su cruzada particular y cual verdugos implacables, comienzan por la escuela, crisol de pensadores. 

Sin embargo, corresponde a quienes no estamos de acuerdo con esos planteamientos aniquiladores enfrentarnos a ellos. Por lo menos mientras nos quede un poco de espíritu crítico. Porque, señores, el desarrollo de la sociedad no se basa exclusivamente en el famoso trinomio I+D+I. A no ser, claro está, que deseemos convertirnos en estériles maquinas.

Argazkia: Tere Anda 

Este artículo lo publiqué en euskera en mi blog ETORKIZUNA ETORKIZUN el 6 de enero de 2014