viernes, 27 de mayo de 2016

TIENEN VOZ PERO NO SABEN HABLAR

¡Y de nuevo a empezar! Como si los ciudadanos fuéramos los culpables, nos arrastran una vez más a las urnas, y tratan de que con nuestro voto la suerte en esta ocasión les sea propicia. Juegan con nosotros.

La debacle política de cuatro meses estériles – ¿sólo cuatro? ha puesto en entredicho al mismo Aristóteles. Expresaba el clásico griego que la diferencia entre las personas y el resto de animales estriba en que los primeros son capaces de utilizar la palabra. Según el gran filósofo el ser humano es el único animal con capacidad para hablar. Al resto se le supone voz. Pues, amigos, una de dos: Aristóteles se equivocaba o los políticos no son personas.

La utilización inteligente de la palabra promueve conversaciones racionales, mientras la voz es una demostración pura del instinto. En los últimos cuatro meses - ¿solo cuatro?- los políticos de la piel de toro han demostrado que no son capaces de transmitir ideas ni, tampoco, de escuchar al rival. Y en vez de crear a través de lo que les une se dedican, en inmovilismo vergonzoso, a destruir por medio de lo que les diferencia.

Nos enseñaron hace mucho tiempo que quien no escucha es una persona mal educada. Si a eso se le añade que quiera imponer su criterio, resulta que el individuo pierde la cualidad de persona y se convierte en animal con voz. Y visto lo visto, está claro que nuestro zoo particular ha crecido de forma alarmante.

Traducción del original en euskera, que publiqué en mi blog Etorkizuna Etorkizun el 2 de mayo de 2016.

viernes, 13 de mayo de 2016

MI PATRIA ES EL EUSKERA


Aunque quizás me quede aún algo de duda, estoy casi convencido de que mi patria es el euskera. En mi trayectoria vital de sesenta y seis años he teorizado bastante sobre patrias diferentes y he de reconocer que jamás he quedado a gusto con el resultado. Cada vez que he creído que tenía definido ese espacio afectivo, se ha apoderado de mí una sensación agridulce, como si no estuviera seguro sobre la concrección a la que había llegado.

La patria la relaciono con los sentimientos. A mí no me dicen absolutamente nada las patrias abarcadas en áreas al estilo Port Bou-Finisterre-Tarifa o Balmaseda-Tudela-Bidaxune. Hace mucho tiempo que perdí la inocencia ante semejantes planteamientos, artificiales de pleno. Patria es un concepto resbaladizo e intangible, por lo que sobran para ella las artificialidades.

Tras múltiples intentos, creo que estoy llegando al final: mi patria la relaciono con el euskera. O, quizás mejor,  los límites del euskera definen mi patria. Ésta no me duele, no me produce desasosiego, como habitualmente suele suceder con las patria dinero, patria religión o patria política. 

Vivo en paz en mi patria; con un poco de pena, eso sí, ya que hubiera deseado para ella una mejor salud. Pero al igual que cada uno ama a su madre por muy enferma que esté, yo amo a mi patria tal como es. Lo nuestro es una historia de lealtad: no nos engañamos.


Fotografías: Tere Anda y JMVM 
Traducción del original en euskera, que publiqué en mi blog Etorkizuna Etorkizun el 28 de marzo de 2016.