viernes, 27 de enero de 2017

TONTOS NO



Escribía hace unas fechas que para poder avanzar en la vida debemos actuar esperanzados. Alguien me contestó que me veía bastante optimista dado que la realidad no da, precisamente, muchas pistas para atisbar un mañana de color azul. Por supuesto que es así, pero ya me diréis qué ganamos dándonos una y otra vez contra el incierto oscuro muro que hemos levantado entre todos. 

De cualquier modo, esperanza no es sinónimo de inocencia, aunque muchas veces se nos quiera rebautizar con una mezcla de ambas virtudes, o defectos, según por dónde se cojan. La simpatía que podamos tener por Olentzero o los Reyes Magos no debe hacernos confundir fantasía y realidad. 

Lo anterior me viene a cuento para reafirmarme en mis ideas sobre el borbón que firma en el  BOE los decretos reales que llegan a su mesa. En palabras de tal personaje, España ha superado la crisis económica y ha cambiado de modelo productivo. Quien hace semejantes declaraciones, una de dos, o nos toma por tontos o no sabe lo que dice.  

Yo no me baso en ese tipo de aseveraciones para proclamar que debemos vivir en la esperanza. Esperanzados sí, tontos no. Es por ello que de todas las majestades, yo creo únicamente en los reyes magos, ya que por lo menos me traen ilusión. 

Fotografía: Tere Anda

Traducción del original en euskera, que publiqué en mi blog Etorkizuna Etorkizun el 16 de enero de 2017

viernes, 13 de enero de 2017

SEAMOS OPTIMISTAS



Acabamos de terminar el año y algunos miran al nuevo como si se tratara de un extraño que viene a complicarnos la vida, mientras otros lo hacen con total indiferencia, suponiendo que, por mucho que se empeñe, no les va a cambiar en nada sus expectativas de vida. 

Las distintas sensibilidades de cualquier colectivo no hacen otra cosa que enriquecer el patrimonio común. Nada más atrevido para ir progresando que la diferencia en los planteamientos que se puedan realizar dentro de la comunidad, sea ésta del tamaño que sea. 

Debemos hacer una apuesta por la creatividad a partir de la diversidad. Afortunadamente aún somos libres para decidir y en ese estado emocional es desde donde debemos partir para mejorar nuestro entorno, en todos los órdenes. Creo en la función social de las instituciones y sostengo que la obligada colaboración entre todas ellas es la base para hacer frente a las adversidades, por muy grandes que éstas sean; solamente así iremos avanzando. Pero no olvidemos que las instituciones se crean, se alimentan y se gestionan por las personas. Por lo tanto, cuidemos  y eduquemos a los ciudadanos en busca de esa cohesión que nos permitirá ser optimistas. Lo que tenga que venir, vendrá.

Fotografía: Tere Anda

Traducción del original en euskera, que publiqué en mi blog Etorkizuna Etorkizun el 9 de enero de 2017