miércoles, 27 de julio de 2011

LA TRANSICION ESPAÑOLA ESTÁ POR TERMINAR


Los que pensamos que la transición española aún no ha concluido podríamos poner sobre la mesa cantidad de razones para justificar nuestra postura. Cuando se cumplen setenta y cinco años del alzamiento de los fascistas contra la república, los medios nos traen información sobre la efeméride y nos damos cuenta del espectro de opiniones existentes. Así como tenemos quienes niegan el holocausto judío, también están los que justifican la guerra española. Y aún más: hay quienes hablan de la bondad de aquel desastre histórico, alabando la misión divina de Franco.

Es curioso ver cómo cuando se quiere poner un poco de bálsamo en las heridas producidas por la guerra –citemos la Ley de Memoria Histórica- la derecha española y muchos de los que en teoría deberían defender postulados de izquierda, no dejan de poner obstáculos a la búsqueda de unidad y al intento por dar los mínimos pasos hacia una convivencia digna. Esa derecha, por lo que yo sé, no ha condenado aún el golpe fascista. No ha pedido perdón por los atroces sufrimientos inducidos en los tres años de guerra y los cuarenta de dictadura.

La transición española comenzada con Adolfo Suárez está por concluir. Si a las profundas heridas no se les aplica adecuado tratamiento, permanecen abiertas durante generaciones. Y el silencio no convenido resulta tan perfecto abono para las largas raíces del odio como lo pueda ser la no confesión del mal realizado. A la transición española le falta la confesión de unos y otros, junto al perdón mutuo. Sin ello, los fantasmas seguirán apareciendo constantemente en el camino a recorrer por nuestra sociedad.

Hay que subrayar que en el caso de la transición española no se debía de haber dibujado el mapa del desastre de manera simétrica. La guerra trajo vencedores y vencidos; verdugos y víctimas, en ambos lados, si bien en uno en concreto con más intensidad. Pero aquel mapa se acordó hacerlo simétrico. Así y todo, la transición no ha terminado. Podríamos comenzar a pensar que se acaba su recorrido si todos los ciudadanos estuviéramos decididos a reconocer la mancha que permaneció durante cuarenta años. Reconocimiento, sin condiciones.

La violencia de décadas de ETA ha dejado heridas bien abiertas. Si la sociedad vasca está dispuesta a dar vuelta a la hoja de la historia negra reciente, los vascos deberíamos reconocernos mutuamente el mal realizado. Podríamos preguntarnos si esa violencia ha dejado vencedores o vencidos, pero de lo que no hay duda es de que ha tenido sus verdugos y sus víctimas. En ambos lados, por supuesto, si bien en uno el color rojo es más intenso.

El odio no sabe de extensiones, ni de profundidades. Se odia, o no se odia. Sucede como con el amor. Por eso no entiendo los perdones parciales. Al camino de la transición española hubo que incorporarse sin mochila alguna. Si queremos que algún día nuestra propia transición sea una realidad, deberemos caminar sin ningún lastre hacia el esperanzador día post ETA.


Traducción al español del original en euskera, publicado en el Blog ETORKIZUNA ETORKIZUN el 18 de julio de 2011.