lunes, 14 de marzo de 2011

INTERNET ES PARA DISFRUTAR


El mundo de Internet está cambiando constantemente. Como si se tratara del mayor de los océanos, la intensidad de sus aguas provoca aquí y allá mareas de todo calibre, y sus más de dos mil millones de usuarios creamos fuerzas tan poderosas que cada vez nos es más difícil detectar cuál será el siguiente paso de esa inmensa e informe masa.

Lejanos quedan los comienzos de Internet; y no precisamente en el tiempo sino en sus planteamientos originales, ya que lo que ayer era válido hoy puede estar fuera de toda lógica, sin aplicabilidad. Recuerdo que hasta me atreví a dar una lección en un curso sobre Periodismo Digital, allá por 1998 en la Fundación Asmoz de Eusko Ikaskuntza. Estábamos comenzando y creciendo, y como les sucede a los pioneros, encontrábamos cada día nuevos territorios a explorar. Hoy no me atrevería a semejante aventura, ya que me perdería en ese inmenso océano.

¿Qué está sucediendo en Internet? ¿Cómo reaccionan los internautas ante tal vorágine de información? ¿Somos capaces de digerir todo lo que nos llega? Lo único que sé es que cada vez sé menos sobre el particular, porque a medida que avanzamos en el espacio virtual los límites de su totalidad nos aparecen más y más amplios, y podríamos afirmar que el concepto infinito se hace más comprensible, si no supiéramos que el infinito es imposible de comprender.

Internet está compuesto por personas con nombres y apellidos, y ellas –es decir, todos nosotros- somos impredecibles en nuestras reacciones y motivaciones. Nos parapetamos tras la pantalla del ordenador y desde esa posición dirigimos nuestras acciones, ¡en caso de actuar!, ya que perfectamente se puede estar en el mundo virtual como meros espectador, sin ánimo de interactividad. No es pequeño el colectivo de internautas que actúan solamente como receptores, sin mostrar disposición alguna para la respuesta. Y es algo totalmente lógico y legítimo.

Un grupo de amigos compartimos un fotolog, donde volcamos fotografías. Lo conformamos cincuenta miembros y, en teoría, todos recibimos información sobre la foto que regularmente se sube al espacio común. Desde su comienzo hace unos meses, ha sido un tercio de usuarios el que ha mostrado en alguna ocasión algún gesto que permita conocer que se ha recibido el mensaje. ¿El resto? El gestor del fotolog pidió hace unas fechas a sus compañeros que contestaran si el mensaje llegaba bien. Resultado: tres tercios del colectivo lo hizo. Es decir, hasta que no recibieron la petición expresa de respuesta a efectos estadísticos, la mitad de los amigos no había creído oortuno dar muestra de actividad. Lo que demuestra que los usuarios pasivos del fotolog son un número importante. Vuelvo a remarcarlo: totalmente legítimo. ¿Y qué pasa con el tercio que no ha contestado? ¿No le llega ningún mensaje? Puede que suceda que la dirección electrónica no esté actualizada o que, simplemente, hayan preferido permanecer callados. Y su silencio está, en cualquier caso, igualmente justificado.

Internet es una herramienta para disfrutar.


Traducción al español del original en euskera, publicado en ETORKIZUNA ETORKIZUN, el 14 de marzo 2011

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