Ya sé
que resulta fácil hacer el comentario tras conocer el fallo del jurado. Pero es
que el señor Blanco me ha puesto “a huevo” esta pequeña reflexión de hoy, por
lo que además de agradecerle – sí, por haberme dado la oportunidad de sacarle
en mi blog- le trasmito mis condolencias por no haber hecho posible que Madrid
sea la sede de las olimpiadas de 2020.
¡Hay
que ser burro ignorante y atrevido! Eso es lo que pensé cuando el pasado sábado
por la mañana leí las declaraciones del señor Blanco, a la sazón presidente del
Comité Olímpico Español, realizadas horas antes de que en Buenos Aires se
pronunciara el COI: “Dios va con Madrid 2020” Pues, ilustrísimo señor
Blanco: el Vaticano debería comenzar el proceso de excomunión contra Vd. Y, por
su parte, debería presentar la dimisión, porque – pienso- ¡vaya plan llevarían
Vds. que ni Dios se pronunció a su favor!
Bien
pensado, honorable presidente, puede que sus palabras tuvieran justo el efecto
contrario, porque hay que ser animal cuadrúpedo para importunar a Dios con
semejante declaración, muestra de una riqueza espiritual propia de la España más
rancia.
Señor Blanco, cañí y olé: otra vez más ha
dejado claro Dios que no se pueden mezclar en el mismo carro las cosas
terrenales y celestiales. Y Vd. con sus
declaraciones no ha demostrado nada de nada, excepto ser un gran y ridículo
fantasma, además
de campeón olímpico de la cretinidad.
Por lo que parece, Dios tiene los ojos rasgados.
Notas:
a) Este artículo lo publiqué en euskera en mi blog “Etorkizuna etorkizun" el 9 de septiembre de 2013
b) Tras su publicación he recibido algunos mensajes preguntándome sobre mi postura hacia la candidatura española a las olimpiadas 2020 y la decisión del COI. Lo quiero dejar claro: antes del 7 de septiembre el tema no me interesó en absoluto. Una vez conocida la decisión del COI, me alegro por quienes en España abogaban por el no a las olimpiadas en Madrid.