viernes, 18 de diciembre de 2015

¿EXISTIÓ NERÓN?


 Se está demostrando diariamente que todas las teorías científicas, por muy avaladas y bendecidas que estén con el label de rigurosidad más rigurosa, son relativas. Las tesis universales desarrolladas por intocables intelectuales de todas las categorías pueden desmoronarse en un periquete, empujadas al abismo por una nueva “verdad irrefutable” llegada de vete tú a saber dónde.

Leíamos días pasados que la persecución contra los cristianos achacada al emperador Nerón no es más que un gran anacronismo y que el odio para con los seguidores de Cristo que se atribuía al jefe romano no era para tanto, debido a que en aquella época el número de cristianos era muy reducido y no significaban problema alguno para aquél.

Me quedé perplejo ante la nueva tesis de un renombrado profesor de la Universidad de Princeton. Entonces – me pregunté- ¿dónde quedan los en teoría miles de muertos? ¿dónde las ejecuciones de San Pedro y San Pablo? ¿dónde el Coliseo y sus espectáculos de fieras hambrientas?

Y como nadie me oyó, tuve que contestarme yo mismo con la respuesta de siempre, que viene a reafirmarme en la idea de que la historia está compuesta por diferentes historias,  y que la verdad sacrosanta es una quimera, rodeada como está de descripciones interesadas surgidas una tras otra, fenómeno que se viene produciendo durante milenios ¿Quién me asegura que Nerón no deja de ser otra invención de Tácito o cualquier otro intelectual al uso?

¡Como para andar ahora en busca del origen de las tergiversaciones históricas! Pero, bien pensado, ¿Valdría para algo? ¿Daríamos con la verdad verdadera?... Quo Vadis Domine?

Fotos: Wikipedia


Traducción del original en euskera, que publiqué en mi blog EtorkizunaEtorkizun el 14 de diciembre de 2015.
 

viernes, 27 de noviembre de 2015

LOS REFRANES, DE CAPA CAÍDA



He traído en alguna otra ocasión a este rincón a mi amigo Delfín - labrador retirado- que en 2016 cumplirá su primer centenario, y lo he hecho por alguna aportación suya que me ha parecido interesante.

Hace unos días, tomándonos los habituales café y marianito (él) un bando de gansos pasó por encima de nuestras cabezas y mi amigo exclamó:” "Cuando las grullas veas pasar coge  el aradro y vete a sembrar. Cuando las veas volver coge el aradro y vete a romper"

Por lo que sé, aquel día nadie de los alrededores sacó el arado al campo. Las últimas herramientas campesinas están, en el mejor de los casos, arrinconadas o bien han pasado a decorar alguna estancia de las agradables y cómodas casas en que se han convertido los otrora caseríos.

Los gansos pasaron, y los labradores desaparecieron de nuestros pueblos, salvo muy raras excepciones; además, el día de Todos los Santos no nevó en los altos. !A! Las cigüeñas siguen en su nido de la torre campanil de Luco, y por lo tanto no habrá que esperar al próximo San Blas para volverlas a ver.

A medida que se pierde el íntimo significado de los refranes van cambiando, sin pausa, nuestras costumbres vivenciales. ¿O es al revés?

Nota complementaria: nos queda ver si por San Andrés (lunes, 30) la nieve ha llegado a los pies.

Argazkia: Marian Agirre

Traducción del original en euskera, que publiqué en mi blog Etorkizuna Etorkizun el 9 de noviembre de 2015.
 

viernes, 23 de octubre de 2015

MÁS VIEJO NO, PERO SÍ MÁS GUAPO



Apareció una noticia la semana pasada que trajo como consecuencia  un terrible bajón en mi autoestima: los vascos no somos tan antiguos como hemos venido suponiendo. Por lo que se nos explicó con detalle desde los medios, aparecimos por estos andurriales al tiempo que “el resto” de españoles. Incluso, decían, puede ser que el euskera no sea tan nuestro. 

¡No me digáis que tal mensaje no es como para caer hundido anímicamente en la más triste de las miserias! La llama del independentismo, a todas luces, estaba encendida sobre una idea falsa. ¡Vaya desgracia la nuestra! Y, obviamente, el profundo desconocimiento del tema debíamos achacar a Sabino, culpable único de que sobre nuestras cabezas haya caído semejante maldición divina. 


 Por supuesto que quedo muy agradecido a esos medios españoles que han hecho posible se abran mis ojos. Y aunque sumido en profunda depresión, por lo menos ahora sé la verdad (la rigurosamente científica, la definitiva) De tal manera que cuando  entretenga con cuentos a mis nietos les deberé confesar que nosotros los vascos no somos tan viejos. Aunque bien pensado, y con vista a recuperar la alegría de vivir, quizás les diga también que aquel nuestro primer mono, contemporáneo – eso sí- de los del “resto”, era el más guapo. ¿Que cómo lo sé? Simplemente por tradición familiar. ¡Jodé, vaya tranquilo que me quedo!



Traducción del original en euskera, que publiqué en mi blog Etorkizuna Etorkizun el 14 de septiembre de 2015.