viernes, 23 de septiembre de 2016

A VUELTAS CON LA LITERATURA EN EUSKERA



De jovencitos tuvimos que leer “El Quijote” En edición reducida, claro está, pero es una realidad que el sistema educativo franquista nos sirvió la oportunidad de acceder a una de las joyas de la literatura española, diría que para nuestro goce, aunque yo no tenía por entonces más que nueve inocentes  años. “Don Kijote Mantxako” – como lo traduciría unos años más tarde Pedro Berrondo- nos proporcionó ratos agradables con sus idas y venidas, introduciéndonos inadvertidamente por los cauces literarios y preparándonos para objetivos posteriores más ambiciosos para nuestros espíritus.

El franquismo murió hace tiempo – si bien han aparecido, eso sí, los neofranquistas- y en aquella esperanza de tiempos mejores llegamos a pensar que se abría un nuevo paradigma para la literatura euskaldun. No voy a discutir si se ha cumplido aquel sueño, pero lo cierto es que a las nuevas generaciones vascas no se les ha enseñado debidamente los referentes más significativos de la literatura clásica en euskera. Y en ese aspecto son ignorantes.

Alguno me puede preguntar para qué vale que se muestre a la juventud de una manera amplia y atractiva el, por ejemplo, “Actto para la Noche Buena” de Pedro Ignacio de Barrutia. A esa pregunta sólo se puede contestar con la lógica de la inteligencia, y mucho me temo que el cuestionador no entendería la respuesta. 

Foto: JMVM  

Traducción del original en euskera, que publiqué en mi blog Etorkizuna Etorkizun el 22 de agosto de 2016

viernes, 16 de septiembre de 2016

PESADILLAS



También me han torturtado en verano, sin piedad. No me han concedido tregua, pasándose por el arco del triunfo mi derecho natural al descanso. Me estoy refiriendo a las pesadillas. Aunque suelen ser de temática y orígen diverso hay las que se repiten con frecuencia y que me transportan a mis años escolares. Les es indiferente la época: pueden ser de cuando cursaba primera enseñanza o de mis tiempos universitarios. Lo que no cambia es el final, en el que siempre me asaltan, dejándome K.O con asignaturas atragantadas que me impiden terminar los estudios. Angustioso.

Y entonces, en ese estado de medio vigilia consciente realizo un gran esfuerzo, me despierto y me repito a mí mismo que, afortunadamente, estoy jubilado, que hace unos sesenta años superé aquel exámen de divisiones que me trajo de cabeza, y que los áridos temas de la carrera como Estadística, Análisis Operativo, Bretton Woods, Teoría de Balances, Fortran, Cobol etc quedaron atrás, per in secula seculorum. Desgraciadamente, claro está.

Foto:  JMVM (exámen de divisiones, de Ingreso de bachiller)

Traducción del original en euskera, que publiqué en mi blog Etorkizuna Etorkizun el 14 de agosto de 2016
 

viernes, 9 de septiembre de 2016

POBRES Y RICOS



Provengo de personas que, generación tras generación, criaron y domesticaron bueyes y caballos, roturaron la tierra, cortaron leña, recolectaron frutas y hortalizas y durante toda su vida descansaron en la misma cama, tras duras jornadas al son metálico de la obligada herramienta. En su pobreza creían en Dios como última solución. Y murieron con la esperanza de una vida mejor.

Era época en la que se pensaba que el pobre, que en el mejor de los casos comía chicharro, llegaría al coto celestial más fácilmente que el rico que se atiborraba de exquisiteces terrenales. “El rico merluza del infierno; el pobre gloria del cielo”  ("Aberatsa, infernuko legatza; pobria, zeruko gloria" ) dice el refrán euskaldun, y de esta guisa delimitaban nuestros antecesores su modo de vida sobre la superficie de este planeta. 

Ahora hay veces en que la merluza está más barata que el chicharro y por lo que dice la iglesia parece que ha desaparecido el riesgo del infierno. ¿Qué es lo que diferencia, por tanto, al rico del pobre?



Traducción del original en euskera, que publiqué en mi blog Etorkizuna Etorkizun el 25 de julio de 2016

Foto. Tere Anda