Siempre había pensado que la muerte
en el sur era más “sustanciosa” que en el norte. Por lo menos la literatura, el
cine e incluso el teatro han ofrecido mucho más color a la muerte en climas
cálidos. Como si fuera más alegre. Pero hace poco un informe de la Fundación BBVA
me ha trastocado un poco esa idea y yo no voy a desdecir al conjunto de sesudos
investigadores que han firmado el resultado del trabajo. Pero, de todos modos
voy a dar mi opinión.
Según el estudio, existen
diferencias notables en el motivo y en el número de fallecidos según se trate
de unas regiones u otras. Y resulta que los datos correspondientes a las
regiones sur-occidentales se presentan más negativos que los de las regiones
norteñas. La tasa de mortalidad entre los jóvenes sureños es mayor y los
infartos de corazón o de cerebro se producen con mayor asiduidad entre estos;
así mismo, la diabetes y la hipertensión producen muchas más decesos en las
regiones cálidas.
Este informe ha dejado claro que es
una realidad la diferencia de tasas de mortandad. Los investigadores han
confeccionado un atlas de la muerte con millones de datos y en la presentación
de las conclusiones ante los medios han subrayado desde la asepsia el hueco existente
entre norte y sur. Pero las declaraciones de los encargados de la investigación
han sido servidas por los medios de comunicación con un morbo fuera de lugar,
como si su único objetivo fuera incrementar la tensión social y política entre
las sociedades norteñas y sureñas. Y pienso que en gran medida lo han logrado
si nos atenemos al seguimiento que en determinados foros se le ha dado al tema.
Ya han vuelto a airearse, como es natural en ellos, los acostumbrados “privilegios”
de los del norte. Y nos han zurrado, como viene siendo habitual.
Sería muy interesante que a este
estudio le siguiera otro que profundizara en las razones objetivas de la
diferencia entre regiones. Por lo menos, pienso, podría reducir la ridícula bilis
de algunos personajes y, posiblemente ayudaría a hacer desaparecer los huecos
entre regiones. Creo que muchas veces las distancias entre norte y sur no son
tanto geográficas como de intelecto. De mentalidad. De actitud. De toma de decisiones
ante la vida.
Fotografía: Tere Anda