lunes, 20 de junio de 2011

JUAN GARMENDIA LARRAÑAGA: PREMIO ONDARE


He escrito en más de una ocasión en este txoko sobre el tolosarra Juan Garmendia Larrañaga. He querido traerlo de nuevo hasta aquí, al haber sido premiado con el Premio Ondare-Ondare Saria, concedido por la Diputación Foral de Gipuzkoa. Me ha parecido oportuno recordar algo sobre él.

Juan es amigo de los amigos. Y esa cualidad le ha brindado la oportunidad de tejer una extensa red de contactos sociales. Ha cultivado la amistad de personas de toda condición e ideología y ese flujo de relaciones en doble dirección le ha propiciado prepararse un observatorio a su medida sin par, para desde él analizar y desentrañar como nadie los pormenores de esta nuestra sociedad vasca.

El contacto continuo con el entorno vasco ha hecho crecer en Juan una especial sensibilidad y, al mismo tiempo, le ha permitido ser crítico con la actuación de unos y otros. Crítico mordaz pero a la vez equilibrado, no dejándose llevar nunca exclusivamente por las corazonadas. Claro que utiliza el corazón al formular sus juicios y teorías, pero dando siempre preferencia a la razón. Y como es capaz de distinguir perfectamente las palabras huecas y lisonjeras, no se le engaña tan fácilmente. Para cuando nosotros hemos ido, Garmendia Larrañaga está de vuelta.


Esa capacidad de observación sosegada ha propiciado así mismo un punto de ironía en las aportaciones de Juan. Su obra rezuma seriedad por todos lados, pero nuestro amigo puede convertirse en pura ironía cuando cree conveniente. Este hombre que ha aprendido a relativizar sobre el mundo que le rodea, ha construido puentes de plata entre nuestro pasado y el presente, pero nunca ha olvidado que sus trabajos no tendrían sentido si no los hubiera enfocado con proyección al futuro. Y es por ello que la labor del antropólogo Juan Garmendia Larrañaga es fundamental para hacernos una idea sobre la evolución de nuestra sociedad.

Se le entregará el Premio Ondare el 22 de junio; justamente la víspera de la noche de San Juan. El fuego, el rocío... y las brujas de esa noche tan investigada y tratada por Juan están ya preparados para cumplir con el ciclo anual. Estoy seguro de que en el akelarre de este año se saltará y bailará en honor de Juan Garmendia Larrañaga. Por mi parte, pediré al chopo levantado en la plaza de Mondragón, que desde su extremo superior dirija la mirada hacia Tolosa y transmita mis felicitaciones más sinceras al amigo Juanito.


Traducción al español del original en euskera, publicado en el blog ETORKIZUNA ETORKIZUN el 17 de junio de 2011.

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