“Satyagraha” es el título de la
nueva novela publicada por el amigo Luis Avinareta. Como subtítulo acompaña el
siguiente enunciado: otra forma de combatir la injusticia en el siglo XXI,
sin violencia.
He de confesar que me tragué de una sentada las doscientas páginas del
libro y no resultó atracón. El argumento nos lleva por los vericuetos del
espionaje a través de Internet y al ser el autor conocedor del mundo en la red resulta
que la trama tiene más de realidad que de ficción.
Da la casualidad de que en estos días hemos recibido un aluvión de
noticias relacionadas con el espionaje cibernético, acción por la que
estadounidenses y británicos han sometido a control a sus aliados y enemigos,
sin importarles el who´s who. Por lo que hemos vuelto a comprobar que nos hemos
convertido en muñecos en manos de los poderosos. No somos nada (y menos en
Internet) Estamos fichados de la cabeza a los pies, presos en inmensas celdas
inmundas, aunque en nuestro particular autoengaño pensemos que somos los dueños
y señores de paraísos multicolores a nuestros pies. ¡Imbéciles!
Pero resulta que Luis Avinareta nos muestra en su novela un rayo de
esperanza ante tanto despropósito. Y así es como, cuando por la acumulación del
90% de las riquezas de la tierra en manos de unos cuantos potentados, el hambre
y la falta de medicamentos y recursos adecuados matan diariamente a miles de
niños, hete aquí que “Satyagraha” nos ofrece una fórmula para hacer frente a la
injusticia. Y precisamente utilizando los mismos medios tecnológicos con los
que las empresas y grupos de presión manipulan para sostener al resto de la
población mundial atrapados en su incapacidad por salir del agujero. Para qué,
y para erradicar de la faz de la tierra a los políticos, primeros ministros,
altos funcionarios y demás sátrapas y mangantes que pululan a sus anchas,
engordando sus cuentas corrientes personales y haciendo caso omiso a las
reivindicaciones sociales y mirando hacia otro lugar ante la miseria acumulada
de tanta y tanta población. Se trataría de pagar a esos delincuentes con su
propia moneda, haciéndoles aprender, en el caso de que lo deseen. Esa es la
trama de la novela, en un escenario en el que está prohibida la violencia.
La ficción nos abre, por lo tanto, una pequeña ventana a la esperanza.
Y, adelanto con ilusión, que yo me apunto a esa guerra, convencido de que
podremos cambiar la realidad.
Nota: Satyagraha es una
palabra ya utilizada por Gandhi, y que viene a significar la fuerza de la
verdad.
Nota: este artículo lo publiqué en euskera en mi blog "Etorkizuna Etorkizun" el 1 de julio de 2013
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