Aunque quizás me quede aún algo de duda, estoy casi convencido de que mi patria es el euskera. En mi trayectoria vital de sesenta y seis años he teorizado bastante sobre patrias diferentes y he de reconocer que jamás he quedado a gusto con el resultado. Cada vez que he creído que tenía definido ese espacio afectivo, se ha apoderado de mí una sensación agridulce, como si no estuviera seguro sobre la concrección a la que había llegado.
La patria la relaciono con los sentimientos.
A mí no me dicen absolutamente nada las patrias abarcadas en áreas al estilo Port
Bou-Finisterre-Tarifa o Balmaseda-Tudela-Bidaxune. Hace mucho tiempo que perdí la inocencia ante semejantes planteamientos, artificiales de pleno. Patria
es un concepto resbaladizo e intangible, por lo que sobran para ella las
artificialidades.
Tras múltiples intentos, creo que estoy
llegando al final: mi patria la relaciono con el euskera. O, quizás mejor, los límites del euskera definen mi patria.
Ésta no me duele, no me produce desasosiego, como habitualmente suele suceder
con las patria dinero, patria religión o patria política.
Vivo en paz en mi
patria; con un poco de pena, eso sí, ya que hubiera deseado para ella una mejor
salud. Pero al igual que cada uno ama a su madre por muy enferma que esté, yo
amo a mi patria tal como es. Lo nuestro es una historia de lealtad: no nos
engañamos.
Fotografías: Tere Anda y JMVM
Traducción
del original en euskera, que publiqué en mi blog Etorkizuna
Etorkizun el 28 de marzo de 2016.
Qué reflexión mas buena.
ResponderEliminareskerrik asko, Javier
EliminarFernando Ugarte (Vitoria-Gasteiz):
ResponderEliminar"Te comprendo perfectamente, aunque a la recíproca no me pasa a mí lo mismo con el castellano.Si supiera euskera puede ser tendría el mismo sentimiento que tú, pero no lo se, por eso sonaría falso el que yo hiciera un aserto semejante. Entonces si me planteo qué es la patria para mí, tengo que decir que todavía no la he descubierto. Creo que sí, que tiene que ver con los sentimientos, con el entorno, poco con la territorialidad, con lo familiar, también con las costumbres, en una palabra: con lo conocido y que da una agradable seguridad, como lo que se siente hacia la madre cuando eres pequeño...pero en mi opinión, creo es un concepto bastante contingente y sometido a evolución y, en el caso que hablamos, personalísimo, pero para mí no creo sea demasiado importante. Ya "parlarem", pues el tema promete.
Un fuerte abrazo: Fernando Ugarte"