viernes, 9 de septiembre de 2016

POBRES Y RICOS



Provengo de personas que, generación tras generación, criaron y domesticaron bueyes y caballos, roturaron la tierra, cortaron leña, recolectaron frutas y hortalizas y durante toda su vida descansaron en la misma cama, tras duras jornadas al son metálico de la obligada herramienta. En su pobreza creían en Dios como última solución. Y murieron con la esperanza de una vida mejor.

Era época en la que se pensaba que el pobre, que en el mejor de los casos comía chicharro, llegaría al coto celestial más fácilmente que el rico que se atiborraba de exquisiteces terrenales. “El rico merluza del infierno; el pobre gloria del cielo”  ("Aberatsa, infernuko legatza; pobria, zeruko gloria" ) dice el refrán euskaldun, y de esta guisa delimitaban nuestros antecesores su modo de vida sobre la superficie de este planeta. 

Ahora hay veces en que la merluza está más barata que el chicharro y por lo que dice la iglesia parece que ha desaparecido el riesgo del infierno. ¿Qué es lo que diferencia, por tanto, al rico del pobre?



Traducción del original en euskera, que publiqué en mi blog Etorkizuna Etorkizun el 25 de julio de 2016

Foto. Tere Anda

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