Alucino cuando cada día veo las lecciones de cuatro minutos que el
Instituto del título nos ofrece a través de la televisión. Los expertos
elegidos con sumo cuidado por la marca norteamericana por excelencia –el “redil”
Eduardo Punset entre otros- nos acercan sus claves para vivir en constante felicidad
. ¡Mira por dónde, gracias a los de “la chispa de la vida” vamos a dar
con el objetivo principal de la persona!
Como escribió el filósofo francés Emmanuel
Mounier, los humanos tenemos necesidad de la utopía de la orientación, a
efectos de acertar en la dirección a escoger hacia el progreso. Pero en la
teoría de Mounier toma gran valor lo que él denominaba personalismo, es decir
la metafísica de la persona, los valores, la historia y el conocimiento. Y en
su opinión, en el desarrollo social es
totalmente necesario impregnarse de la felicidad exigida por la propia
existencia. Obviamente, la dificultad estriba en la definición de felicidad. Y
en la libertad para abordar tal definición.
¿Qué entendemos por felicidad unos y otros?
¿Es utópico dar a los humanos libertad suficiente como para que se esfuercen en
hallar el sentido de la vida? ¿Cuál es esa libertad? ¿Hasta dónde alcanza? Si
como creo, la felicidad hay que buscarla aquí, en la tierra, entre los hombres
y mujeres, parece que podríamos afirmar
que debería ser tangible, medible. Y eso ya sabemos que es imposible.
La empresa de "ser persona" reside en la
completa concrección y desarrollo del proyecto inicial, convirtiendo así éste en
una realidad integral y humana. Y es en eso mismo donde debemos fijar el concepto
abstracto que significa felicidad. Felicidad, por supuesto, a erigir en cada
propia libertad, ya que se trata de un estado personal intrasferible. De manera
diferente a como Mounier labró la idea de progreso social en base al
intrapersonalismo, la felicidad es propia de cada persona. Quien debe de
vivirla, además, al instante, al no ser un valor que se pueda fijar en el
tiempo, dada su etereidad justo desde el mismo momento en que el ser humano
adquirió conciencia.
El Instituto Coca Cola de la Felicidad es un placebo, que no vale para
nada y, lo más grave, lleva hasta la persona una ilusión falsa. En beneficio de
la marca.
Traducción del original en euskera, publicado en mi blog Etorkizuna etorkizun el 16 de enero de 2012
Traducción del original en euskera, publicado en mi blog Etorkizuna etorkizun el 16 de enero de 2012
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