viernes, 28 de octubre de 2011

JUBILADOS


Amanecer en Morro Jable
Aunque todavía me quedan unos cuantos años para que se produzca, no han sido pocos los momentos que he dedicado a reflexionar sobre mi jubilación. Poco más o menos, supongo, los mismos que el resto de los mortales con trabajo.

En los momentos previos a sumergirse uno en el mercado laboral se sueña con el primer sueldo, en qué lo invertiremos, si bien es cierto que en la mayoría de los casos esa “soldada” se encuentra hipotecada de antemano. Ya inmersos en las obligaciones profesionales, el desasosiego que supone el desconocimiento sobre lo que nos deparará el futuro va acompañado de un sentimiento de desamparo y, en la medida que nos lo permite el magro salario fruto del sudor de nuestra frente, vamos depositando unos ahorrillos en alguna cartilla que nos posiibilite hacer frente a los imponderables.

Diría que los jubilados, en general, son hombres y mujeres de buen conformar. Analizando la realidad diaria desde la óptica equilibrada que la experiencia les ha proporcionado, no son personas que muestren su protesta en estentóreas manifestaciones, muy seguramente porque la vida les ha dejado más que escarmentados. Saben muy bien que, aunque realicen un esfuerzo sobrehumano, difícilmente conseguirán mejorar en nada su paga mensual de retirado, puesta en sus manos por la ingrata e insustancial sociedad en la que vivimos, surgida de una derivada no prevista en los planes de sus antepasados próximos.


-         Hoy en día, además, los trabajadores se jubilan mucho antes. Pronto nos licenciarán a los cincuenta... ya verás.

Me respondía Xabier Mendiaga mi intimo amigo, haciendo hincapié en que, con el probable aumento en número de participantes cada vez más jóvenes en el pelotón de las clases pasivas, se podrá producir un escoramiento de los valores del equilibrio y una pérdida en la experiencia acumulada. Ambas consecuencias, peligrosas.

Traducción al español del original en euskera, publicado el 28 de julio de 1992 en Euskaldunon Egunkaria




Nota: Esta nueva entrada en mi blog la he subido desde Fuerteventura, donde como jubilado disfruto de unos días de descanso.

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