miércoles, 7 de diciembre de 2011

LAS MAFIAS, LA DEUDA EXTERNA Y LA MISERIA

Pablo Escobar
Me preguntaba hace unos días una amiga colombiana sobre el concepto de deuda externa. Y aunque me esforcé en hacerlo no sé si fui capaz de hacerme entender. No, ciertamente, por la posible incapacidad mía o de mi interlocutora, sino porque el concepto tiene esquinas difíciles de comprender.


Manteniendo aún frescas las imágenes-recuerdo de su Colombia natal, hablamos sobre el caso del traficante de drogas Pablo Escobar, quien en 1992 se había ofrecido a su gobierno a sufragar la totalidad de la deuda externa colombiana, con la única condición de no ser extraditado a Estados Unidos. Para hacernos una idea de las relaciones políticas de Pablo Escobar, recordamos, a modo de ejemplo, que fue invitado en 1982 a la investidura de Felipe Gonzalez como presidente de gobierno de España. Por lo menos mi amiga colombiana y yo coincidimos en que poder político y mafia son realidades estrechamente vinculadas.


Y ahora que nos rompemos las meninges por tratar de encontrar una solución a este mundo tan imbécil que hemos construido, nuevos Pablo Escobar se infiltran sin pudor en el entramado político, poniendo en peligro de deflagración las calderas en las que hierven las deudas externas. He ahí el caso del banco norteamericano Goldman Sachs, que acaba de colocar sus peones en las presidencias de Italia, Grecia y del Banco Central Europeo. Antes había llegado al gobierno de Estados Unidos. Con su hacer diario, el banco pone en peligro el sentido mismo de democracia.

Los tentáculos de Goldman Sachs llegan a todo el mundo y a los sectores más lucrativos. Uno de ellos es el de los alimentos. Hace veinte años que decidieron invertir en determinados tipos de productos básicos alimentarios –trigo, maíz, café, cacao, azúcar, carne de ganado...- y rompiendo con la tradicional forma de marcar precios basada en la oferta y la demanda, optaron por que fueran los inversores quienes lo hicieran  en base a especulaciones de “futuros”. ¡Magnífico invento!


Según los expertos, durante los primeros diez años del siglo en que estamos, los precios de esos alimentos base se han triplicado. Por supuesto, en los países productores los costes de fabricación, en el mejor de los casos se han mantenido, cuando no bajado. Por lo tanto, el diferencial para Goldman Sachs y otros fondos financieros ha crecido de forma exponencial. ¿Qué sucede con las economías de tantos y tantos estados que no son capaces de producir bienes alimentarios básicos para sus ciudadanos? La deuda se les ha disparado. Miseria.

Desconozco si mi amiga colombiana quedó satisfecha con mis explicaciones. Pero en algo por lo menos estuvimos de acuerdo: las mafias pueden ser de muchos tipos y siempre se erigen sobre los sufrimientos de los ciudadanos. En connivencia con los gobiernos.



Traducción del original en euskera, que publiqué en mi blog Etorkizuna etorkizun  el 28 de noviembre de 2011

Argazkiak:  gurusblog.com; desdeabajo.info

2 comentarios:

  1. Se siente una gran impotencia y cierto remordimiento por ser, encima, unos privilegiados. Al menos habrá que decirlo o escribirlo, como lo haces tú. Que sepan que lo sabemos. Saludos.

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