Gran Mezquita de Kairouan |
Kairouan es la cuarta ciudad sagrada de los musulmanes. Hasta allí llegan,
sobre todo, los creyentes del Mahgreb, incapaces por diferentes razones de
hacerlo hasta La Meca, optando por
quedar a medio camino. Estuve en este rincón de Túnez unos días antes del
estallido de la guerra del Golfo. El precioso anochecer de un sábado hacía aún
más hermosa la silueta de la gran mezquita, y el rumor de la oración que nos
llegaba desde el interior nos invitaba a un cierto recogimiento espiritual.
Siete días después dos mundo contrapuestos dieron paso a la explosión de la
locura más temible, por encima de toda ley humana, y cada contendiente imploró
a su modo la ayuda inestimable de su dios particular. ¡Como si lo que nosotros
destrozamos tuvieran que arreglarlo los dioses! Los unos pelean con el
Evangelio en la mano; los otros llevan el Corán. Cada uno rezando a su
todopoderoso... Dios y Alah (también entra en juego Jahvé) encontrados entre
sí.
Tengo entendido que la palabra “Djihâd” significa lucha a favor de Alah.
Los nunca bien ponderados guardianes del nuevo orden mundial, inmersos en su
pelea por callar ese grito de guerra del que han considerado fuente de todos
los males para nuestra civilización noroccidental, disparan sus armas sin
cesar. Saqué unas fotografías en Kairouan y a mi vuelta a casa se las enseñaba
a mi amigo Xabier Mendiaga. Y éste me recordó:
“También Cristo dijo en su día “He venido a traer la espada y no la
paz” Da la impresión de que se les ha olvidado eso a quienes nos quieren
imponer su paz a la fuerza”
Traducción del original en
euskera, publicado en Euskaldunon Egunkaria el 12 de marzo de 1991
Fotografía: www.minube.com
Si no me equivoco Alah, Javhé y Dios, son lo mismo y lo que ha ocurrido a lo largo de la Historia es que han ido cambiando las interpretaciones de "sus palabras" según los profetas y, sobre todo, según el libro que se siga. No entraré ya en las distintas lecturas que a su vez tiene cada uno de los libros santos. En fin, que después de leer tu estupendo artículo, propongo un Taller Universal de lectura donde niños de todos los pueblos implicados que acaban de aprender a leer (excluyendo los mayores de seis años probablemente ya contaminados por los adultos) hagan una versión definitiva del mensaje del Creador para que, al menos, eso deje de ser una excusa para seguir matándonos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo:
Juan Montiano.
Juan Ignacio: TALLER UNIVERSAL a nivel local ¿te parece bien? Podríamos organizar por barrios, luego pasar a concejo y ayuntamiento, tras lo cual daríamos el salto a partido judicial (¿existen aún?)... hasta llegar a la máxima expresión administrativa. Nos costaría un poco más, pero los resultados serían más fiables.
ResponderEliminarBuen fin de domingo!!
Josemari