Oimos y leemos con frecuencia en algunos medios – no en
todos- que hay que democratizar Europa. Es una constatación que la idea que la
mayoría de los ciudadanos hemos tenido y tenemos sobre Europa se aleja más y
más de la que se está gestando en el puchero político de Bruselas. Y la diferencia entre las dos –
los funcionarios sesudos europeos lo llaman gap- crece a cada hora que pasa. El
desencuentro político que en estos momentos está sucediendo en España es, entre otras, consecuencia de esa Europa política presa de intereses muy
particulares.
Ignacio Ramonet director de “Le Monde Diplomatique”
decía hace una fechas que la Unión Eropea está diseñada para que los poderes
empresariales y financieros mantengan su superioridad. Subrayaba además que el
márgen político es prácticamente nulo. Coincido con Ramonet al manifestar que los ciudadanos hemos dado la
espalda al proyecto europeo. Lo que acabamos de ver desde nuestra pasividad alrededor de la vergonzosa negociación con el
Reino Unido no hay quien lo entienda. Y hemos seguido siendo pasivos en ese lamentable
espectáculo que los políticos estatales nos han ofrecido desde las Cortes de
Madrid.
Traducción
del original en euskera, que publiqué en mi blog Etorkizuna
Etorkizun el 7 de marzo de 2016.
No hay comentarios:
Publicar un comentario